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Están destrozando a nuestro país

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Si tengo que escoger una palabra para definir a los miembros de la Asamblea Legislativa, esta sería “desgracia”. Son una desgracia, una vergüenza, un bochorno para nuestro país, sus acciones son todo menos una representación digna de los bolivianos. Qué podemos esperar de estos personajes, si ninguno de ellos es un político nato y responde a doctrinas tan perversas como el socialismo y la social democracia. Podemos rescatar a algunos legisladores, pero la mayoría son una desgracia para nuestro país, el lugar donde debía primar el debate se ha convertido en un ring de pelea barata. Bolivia merece una mejor clase de político, con urgencia.

Parte del declive de la Asamblea es que está compuesta por personajes que no son políticos, es gente oportunista que no tiene ni idea de política, por eso el debate es pobre y superficial, eso explica porque muchos los llaman “levantamanos”.

Ojo, hay legisladores capaces, tanto de oposición como del MAS, pero son muy pocos, como dije, la gran mayoría es una vergüenza y no saben dónde están parados. Después de meses en donde le vieron la cara al Legislativo con las elecciones judiciales, fue gracias a un descuido de “Luchito” que se pudo “terminar” con la auto prórroga. La gran pregunta es, ¿Cómo es posible que por tanto tiempo el Legislativo no haya terminado con el mandato inconstitucional de estos nefastos magistrados? Es una vergüenza cómo la Asamblea Legislativa ha actuado en toda su gestión, nos dejan en ridículo, es una pena que éstos sean los representantes directos de los bolivianos.

Comunidad Ciudadana una vez más muestra su servilismo al MAS, sus parlamentarios aprueban muchos créditos, que pueden ser necesarios, pero no deben ser promocionados en épocas de crisis, están endeudando a los bolivianos hasta el cuello, las futuras generaciones tendrán que pagar estas decisiones nefastas.

En las últimas sesiones se procedió a analizar la adhesión del opaís al tratado del Mercosur, evento que no tuvo muchos focos en el país, no entiendo por qué. Estamos hablando de un evento importante que modificará nuestra normativa internacional y marcará el futuro de nuestra industria nacional. Ser parte de un proceso de integración regional es algo bueno cuando eres como Brasil, un país grande comercialmente, que tiene desarrollada su industria, te abren mercados y te liberan de aranceles. Cuando eres un país como Bolivia, con poca producción, con un Estado enemigo del emprendimiento nacional, con falta de orden y seguridad jurídica, significa entregar plenamente nuestro mercado interno a los países miembros del Mercosur. Nuestros productos están “en pañales” comparados a los de Brasil, ganaremos pocos mercados a cambio de entregar enteramente el nuestro.

Nunca me opondré a un proceso de integración regional, pero antes desarrollemos nuestras empresas y nuestra industria nacional, así si sacaremos provecho del comercio internacional. Para mí el comercio internacional no se basa en mero comercio, sino en ganar mercados, exportar masivamente y sacar ganancias a largo plazo.

Para que nuestra industria y empresa nacional estén bien formadas falta mucho, como dije antes, “estamos en pañales”. Una vez desarrollada y con altos índices de competitividad, recién debemos optar por procesos de integración regional. Hay que ganar en producción, en eficiencia y en competitividad, necesitamos impulsar realmente la industria nacional, esto debe ser apoyado por el Estado boliviano. Tanto el sector privado como el público deben trabajar en conjunto para garantizar el crecimiento de Bolivia.

Entrar al Mercosur es un error, van a sentenciar a la empresa privada nacional. En otras circunstancias, cuando Bolivia sí cuente con una industria fuerte y competitiva, entrar a dicho acuerdo sería un acierto. En la presente situación es un error, por culpa de legisladores ignorantes que no tienen un poco de cariño por la nación. Bolivia necesita políticos de verdad.

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